BOCA-RIVER TORNEO FINAL 2013
La línea que separa al héroe del demonio se encamina cada
vez más a la extinción. No aprendimos con la pelea de Maravilla, lo enarbolamos
a la par de Dios, y Murray nos demostró que Sergio pertenece a éste planeta.
River llegó al Superclásico con una buena cantidad de
puntos y posibilidades de pelear el campeonato, pero no más que eso. La carencia
de juego del equipo de Ramón se viene evidenciando fecha a fecha desde el
comienzo del campeonato, al igual que la falta de efectividad sobre todo de sus
sobrevalorados delanteros.
Los números también apoyan ésta idea, hasta antes de entrar
a la Bombonera River había marcado 14
goles a favor y 10 en contra en 11 partidos, lo que da un promedio de 1,27
goles convertidos y 0,91 recibidos por partido, una marca que, si bien es positiva,
no parece ser objeto de envidia para el Barcelona, el Manchester o la Juventus.
Sin embargo, la creencia popular antes del partido era la de que el conjunto de
Núñez llegaba embaladísimo al Superclásico con todas las probabilidades de
llevarse una cómoda goleada de la Boca. La realidad es que el millonario está
en los primeros puestos no por jugar mejor, sino menos peor, en un fútbol cada
vez más chato y parejo como es el argentino, le está alcanzando con esporádicas
individualidades y algunos minutos de un fútbol aceptable para mantenerse entre
las principales posiciones.
Por el otro lado, Boca. Exactamente todo lo contrario, es
evidente que haber alcanzado su peor racha sin victorias en el fútbol local, y clasificado
con lo justo en la Libertadores, hacen que su actualidad no sea buena ni muchos
menos, más si tenemos en cuenta las expectativas que se crearon con la vuelta
de Bianchi. Pero también es cierto que, si bien no gana, de los 12 partidos del
campeonato, Boca perdió sólo 4 y, justamente, contra los equipos que llegaron a
su encuentro con las menores pretensiones: All Boys había sumado sólo un punto
de los primeros 6 antes de ganarle al xeneixe, mientras que Unión, San Martín y
Estudiantes venían de larguísimas rachas sin ganar. Después, buenos equipos
como Belgrano, Lanús y Tigre no pudieron ganarle.
Por éstos, y más motivos me parece un apresuramiento, basado en el desconocimiento del juego que ha desarrollado en lo que va del torneo, hablar
de “apichonamiento” de los jugadores de River, y de “agrandamiento” de los “pibes”
de Boca (En River jugaron González Pírez, Álvarez Balanta, Cirigliano, Lanzini,
Iturbe y Funes Mori, todos de 21 años o menos). River no ganó porque NO JUEGA
BIEN, y nada más que por eso.
¿El partido? River se encontró a los 45 segundos con el
gol más rápido en la historia de los Superclásicos, en el primer tiempo tuvo
alrededor de 10 contragolpes prometedores que fueron prematuramente desactivados
por la imprecisión de, sobre todo, un desconocido e impreciso Ponzio. Sólo 2 o
3 contras llegaron a ser oportunidades de gol, pero la ya clara ineficacia de
Iturbe, Funes Mori y Sánchez volvió a hacerse presente.
Boca fue de menor a mayor, comenzó muy desorientado pero
de apoco Erviti y los reiterados pases malobrados de su rival lo fueron
adelantando en el campo y le dieron la monopolización de la pelota, y, aún con
ella, prácticamente no inquietó el arco riverplatense.
Gran jugada del ya mencionado Erviti y buena definición
de Silva en el gol, luego del parate por los petardos arrojados en el área de
River, Escalante también tuvo una buena que sacó bien Barovero.
De la línea para adentro, justo y predecible empate. Nada
más que decir, de lo demás que hablen los que hablan.
Por Rawson
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