martes, 7 de mayo de 2013

EL SUPER-CLÁSICO ARGENTINISMO

BOCA-RIVER TORNEO FINAL 2013

La línea que separa al héroe del demonio se encamina cada vez más a la extinción. No aprendimos con la pelea de Maravilla, lo enarbolamos a la par de Dios, y Murray nos demostró que Sergio pertenece a éste planeta.

River llegó al Superclásico con una buena cantidad de puntos y posibilidades de pelear el campeonato, pero no más que eso. La carencia de juego del equipo de Ramón se viene evidenciando fecha a fecha desde el comienzo del campeonato, al igual que la falta de efectividad sobre todo de sus sobrevalorados delanteros.

Los números también apoyan ésta idea, hasta antes de entrar a la Bombonera River había marcado  14 goles a favor y 10 en contra en 11 partidos, lo que da un promedio de 1,27 goles convertidos y 0,91 recibidos por partido, una marca que, si bien es positiva, no parece ser objeto de envidia para el Barcelona, el Manchester o la Juventus. Sin embargo, la creencia popular antes del partido era la de que el conjunto de Núñez llegaba embaladísimo al Superclásico con todas las probabilidades de llevarse una cómoda goleada de la Boca. La realidad es que el millonario está en los primeros puestos no por jugar mejor, sino menos peor, en un fútbol cada vez más chato y parejo como es el argentino, le está alcanzando con esporádicas individualidades y algunos minutos de un fútbol aceptable para mantenerse entre las principales posiciones.

Por el otro lado, Boca. Exactamente todo lo contrario, es evidente que haber alcanzado su peor racha sin victorias en el fútbol local, y clasificado con lo justo en la Libertadores, hacen que su actualidad no sea buena ni muchos menos, más si tenemos en cuenta las expectativas que se crearon con la vuelta de Bianchi. Pero también es cierto que, si bien no gana, de los 12 partidos del campeonato, Boca perdió sólo 4 y, justamente, contra los equipos que llegaron a su encuentro con las menores pretensiones: All Boys había sumado sólo un punto de los primeros 6 antes de ganarle al xeneixe, mientras que Unión, San Martín y Estudiantes venían de larguísimas rachas sin ganar. Después, buenos equipos como Belgrano, Lanús y Tigre no pudieron ganarle.
Por éstos, y más motivos me parece un apresuramiento, basado en el desconocimiento del juego que ha desarrollado en lo que va del torneo, hablar de “apichonamiento” de los jugadores de River, y de “agrandamiento” de los “pibes” de Boca (En River jugaron González Pírez, Álvarez Balanta, Cirigliano, Lanzini, Iturbe y Funes Mori, todos de 21 años o menos). River no ganó porque NO JUEGA BIEN, y nada más que por eso.

¿El partido? River se encontró a los 45 segundos con el gol más rápido en la historia de los Superclásicos, en el primer tiempo tuvo alrededor de 10 contragolpes prometedores que fueron prematuramente desactivados por la imprecisión de, sobre todo, un desconocido e impreciso Ponzio. Sólo 2 o 3 contras llegaron a ser oportunidades de gol, pero la ya clara ineficacia de Iturbe, Funes Mori y Sánchez volvió a hacerse presente.

Boca fue de menor a mayor, comenzó muy desorientado pero de apoco Erviti y los reiterados pases malobrados de su rival lo fueron adelantando en el campo y le dieron la monopolización de la pelota, y, aún con ella, prácticamente no inquietó el arco riverplatense.

Gran jugada del ya mencionado Erviti y buena definición de Silva en el gol, luego del parate por los petardos arrojados en el área de River, Escalante también tuvo una buena que sacó bien Barovero.

De la línea para adentro, justo y predecible empate. Nada más que decir, de lo demás que hablen los que hablan.

Por Rawson

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